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La Picota

Estos símbolos se encuentran o encontraron en la península ibérica y en las posesiones que españoles y portugueses tuvieron allende los mares.En Guadalajara superan los cuarenta a finales de 2000, siendo posiblemente la provincia que más tiene.

Estos símbolos se encuentran o encontraron en la península ibérica y en las posesiones que españoles y portugueses tuvieron allende los mares.En Guadalajara superan los cuarenta a finales de 2000, siendo posiblemente la provincia que más tiene.

En rigor "picota" y "rollo" no son la misma cosa. Así en el Diccionario de la Real Academia Española figura picota como "Rollo o columna de piedra o de fábrica, que había a la entrada de algunos lugares, donde se exponían públicamente las cabezas de los ajusticiados, o los reos" mientras que define como rollo "Columna de piedra, ordinariamente rematada por una cruz, que antiguamente era insignia de jurisdicción y que en muchos casos servía de picota". Es decir que mientras la picota era un lugar de castigo, el rollo era un símbolo que indicaba que el lugar tenía justicia propia y pertenecía a alguien. Al menos inicialmente porque luego, por costumbre o por lo que ahora contaremos, el rollo empezó a hacer las funciones de la picota como lugar de castigo y exposición de reos, acabando ambos nombres por designar el mismo objetivo público. Hay documentos de inicios del siglo XVI que prueban que existían rollo y picota independientes y en lugares distintos tanto en Segovia como en Oviedo.

Debemos enfatizar que el rollo o la picota sólo podía ser levantado en lugares que tuvieran la categoría de villa, por lo que necesitaban autorización real para ello. Ser villa (sea de realengo, señorío, abadengo u obispal) implicaba la independencia de otra población cercana (villa o ciudad) por lo que la declaración de villazgo era un sinónimo de libertad ya que desde su proclamación como tal, la población tenía capacidad para administrar justicia allí mismo, recaudar determinados impuestos o tener alcalde, sin depender para nada de la población de la que hasta ese momento había dependido. Lo primero que hacía una nueva villa era levantar horca, picota y cuchilla, así como nombrar sus jueces y autoridades locales. Otra tema (que inicialmente ni se cuestionaba) era el hecho de que la justicia administrada en esa picota era sólo para los villanos, nunca para la nobleza o los eclesiásticos, por lo que en el transcurso de los tiempos la picota comenzó a convertirse en el símbolo de la opresión del pueblo, de la existencia de dos "varas de medir" para nobles o para villanos: los villanos, al rollo, pero nunca los nobles o eclesiásticos. Esta situación existió hasta el Código Penal de 1822.

Por este significado se explican las dos órdenes de derribo emitidas por los gobiernos liberales. La primera fue en 1813: surpimidos los señoríos en 1811 todas las villas pasaron a realengo y con la Constitución de 1812 se propusieron igualar ante la ley a villanos y nobles, decretándose el derribo de los símbolos de vasallaje. Fernando VII derogó en 1814 la Constitución, pero guardó para sí la jurisdicción de las villas bajo la justicia real común para todos. En esas circunstancias se levantaría el rollo de Alcolea de las Peñas en 1817. Pasado el periodo constitucional (1820-23) se consolida el dominio de la "justicia real" en todas las poblaciones con los decretos absolutistas de 1823, aunque la nobleza e iglesia mantenga la posesión de las tierras. Llegados los liberales al poder para sostener a Isabel I, nobleza y burguesía se asegurarían las tierras (la iglesia las perdería con la desamortización) aunque se decretaría por segunda vez en 1837 la supresión de la simbología externa que significara el "vasallaje", pues aunque ahora hubiera ciudadanos de primera o de segunda eran todos iguales teóricamente ante la ley. Se provocaría la destrucción de muchas picotas, aunque otras sólo cambiaron de emplazamiento o se convirtieron en parte de fuentes o en soporte de farolas: en suma se "reciclaron". Por este simbolismo mencionado serían algunas derribadas en la guerra civil de 1936-39, como la de Hontoba.

La picota inicialmente er de madera, material perecedero, por lo que al desapararecer comenzaría a hacer el rollo las mismas funciones para la administración de justicia, pues éste se construía de material, granito o arenisca. Que yo sepa queda una picota de madera en Santiuste (Soria) y otra de hierro en Rello (villa amurallada de Soria, muy cercana a Atienza). Realmente basta mirar al monumento para saber si su objetivo era penal (tiene garfios, cadenas u argollas) o simplemente jurisdiccional (con escudos reales o señoriales). De los salientes se podían colgar a los reos por lo que en algunos lugares se le llama "horca" a la picota. Y hay documentos que indican que, hasta construir algo mejor, serviría como picota un árbol grande situado en la plaza de la villa. Lo único que coinciden los autores antiguos es que el "rollo" estaba hecho algún tipo de piedra.

 

Referencias:

José María Ferrer González, "Rollos y picotas en la provincia de Guadalajara", Wad-al-Hayara num. 7, pags 103-140 (1980). Felipe María Oliver Lopez-Merlo, "Rollos y Picotas de Guadalajara", Ed. Aache (1998). Mariano Martín Rosado, "Rollos y Tierras", Ed. de la Librería Rayuela (2000).

Fuente: Rollos y Picotas de Guadalajara por José Luis García de Paz (23 Mayo, 2001)

Modificado por última vez enMiércoles, 23 Septiembre 2015 12:50
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