Reportaje publicado en Nueva Alcarria sobre Pozo de Guadalajara para FITUR
Hablar del Pozo de Guadalajara es hablar de sus carrozas, santo y seña de las fiestas de San Mateo, que se celebran en septiembre; también en su cabalgata de Reyes, en diciembre. Una tradición que comenzó hace casi 45 años y que sigue atrayendo a vecinos de otros municipios gracias al esfuerzo de todos los colaboradores, con José Manuel Gómez, alma de estos desfiles, a la cabeza.
Pero nuestro municipio tiene mucho más que ofrecer al visitante, más allá del colorido y la animación que han convertido a nuestro desfile de Carrozas en fiesta de Interés Turístico Provincial. Ahora, en febrero, celebramos Santa Brígida, una festividad que se remonta a la Edad Media y en la que se repartían tortas de harina, conocidas como caridades, y trozos de queso a lo más necesitados.
Hoy en día, todos son bienvenidos cada 31 de enero y 1 de febrero, a la celebración de las vísperas y el día grande, con la correspondiente degustación de caridades, chocolate y queso que ofrecemos gratuitamente a nuestros visitantes.
Visita obligada son la iglesia de San Mateo Apóstol y la Picota. Nuestra parroquia, de origen románico mudéjar, fue ampliamente modificada en el siglo XVI, pero el ábside, la portada y la pila bautismal permanecen intactos. Por su parte, la Picota, situada en medio de la plaza principal, fue levantada en el siglo XVI y es símbolo de la importancia que tuvo nuestro municipio como villa. No podemos olvidarnos de la Noria, gran pozo que da nombre al pueblo y data de la Reconquista. Durante siglos, fue el único punto de abastecimiento de agua potable de la zona.
Quien nos visite encontrará también una variada oferta culinaria en nuestros restaurantes y hostales: Morris, Casa Lucía y La Noria; así como una opción más exótica en el Kebab El Pozo, o la posibilidad de picar algo o tomar un café para reponer fuerzas y seguir el viaje en el bar La Picota. Incluso, celebrar cualquier evento en el restaurante La Matilla.